Fertilización orgánica
Porque realizar fertilización orgánica?
Los fertilizantes orgánicos, también llamados abonos orgánicos, son productos procedentes de fuentes naturales y contienen, como mínimo, un nutriente esencial para alimentar las plantas.
Como venimos compartiendo en este sitio, los ácidos húmicos y fúlvicos sirven para mejorar la estructura del suelo porque aportan cohesión y estabilidad de los agregados del suelo. La fertilización orgánica aumenta la materia orgánica, mejorando la agregación del suelo, esto es la relación entre macro y microporos. Va a haber mejor intercambio gaseoso, no se generan condiciones de anaerobiosis que no son buenas para el ciclo de los nutrientes. Y el aporte de ácidos húmicos y fúlvicos aportará una suerte de regulación porque se necesita que esa materia orgánica se vaya mineralizando y consumiendo y no quede expuesta y se pierda.
La materia orgánica está compuesta químicamente por átomos de carbono y se genera a partir de los seres vivos. Se forma por los restos de seres vivos que una vez estuvieron vivos y ahora no lo están. Los materiales orgánicos incluyen plásticos, fibras naturales y productos químicos orgánicos. Aportar materia orgánica facilita una mejor aireación, retención de agua y drenaje, promoviendo un entorno adecuado para las raíces y a su vez las raíces podrán explorar una mayor superficie y profundidad de suelo.
Aportar materia orgánica fomenta la biodiversidad del suelo porque los fertilizantes orgánicos nutren a microorganismos benéficos como bacterias y hongos y son las comunidades microbianas las que descomponen la materia orgánica fresca, liberando nutrientes esenciales y contribuyendo al reciclaje natural de elementos del suelo.
Hacer fertilización orgánica no significa que la producción sea orgánica, Para que la producción sea organica se deben seguir ciertos protocolos especiales y obtener la aprobación por parte del SENASA y/o certificadoras. Pero aunque la producción no sea organica es bueno sumar la fertilización orgánica porque ayuda a que se proporcione nutrientes de manera sostenida: se liberan nutrientes como nitrógeno, fósforo y potasio de forma gradual, reduciendo el riesgo de lixiviación y además se favorece un suministro constante de nutrientes, mejorando la productividad en el mediano y largo plazo.
Hacemos fertilización orgánica para reducir el impacto ambiental de la actividad económica que estamos llevando adelante, que es la agricultura y/o la ganadería en este caso. A diferencia de los fertilizantes sintéticos, la fertilización orgánica disminuye la contaminación de aguas subterráneas por el lixiviado de nutrientes y la emisión de gases de efecto invernadero. Es decir que promovemos una práctica agrícola sostenible y un manejo más ecológico de los recursos disponibles.
Además de hacer fertilización orgánica con ácidos húmicos y fúlvicos podemos hacer aporte de materia orgánica nueva, reciclando residuos y reduciendo desperdicios, transformando desechos orgánicos (estiércol, restos de cultivos, compost) en insumos valiosos para el suelo. Esto se vincula con el concepto de contribuir a la economía circular y al manejo responsable de residuos agrícolas y urbanos.
Es sabido que mejorar la cantidad de materia orgánica del suelo aumenta la capacidad de retención de agua. Por un lado mejora la capacidad del suelo para almacenar agua, lo que es clave en regiones con estrés hídrico (o producciones sin riego) y además favorece la resiliencia de los cultivos frente a la sequía.
Con la ayuda de la fertilización orgánica promovemos la salud de las plantas, porque un suelo sano es una planta sana, un suelo equilibrado favorece cultivos más saludables y menos susceptibles a plagas y enfermedades. Además, hay estudios que vinculan la mejora de la calidad de los productos agrícolas como su sabor y valor nutricional cuando se utiliza la fertilización orgánica.
Conclusión:
La fertilización orgánica es fundamental para mantener y mejorar la fertilidad del suelo de forma sostenible, promoviendo la salud del ecosistema y la productividad agrícola. Su implementación depende de la cultura de quienes son responsables del manejo del suelo y su implementación adecuada es clave para mitigar los impactos ambientales y asegurar la seguridad alimentaria a largo plazo.